Cuando me fui de casa con tan solo 16 años, y viniendo de una familia grande con cuatro hermanos tenía las expectativas muy altas. Y de verdad, que esta residencia lo cumplió con creces. Me adapté súper rápido gracias a que éramos una gran familia y no puedo estar más agradecida. Sólo tengo recuerdos buenos.

Personalmente como deportista no lo pude tener más fácil: horarios, gimnasio, comidas…

En definitiva, para mí fue una experiencia única que repetiría sin dudarlo. Mi segunda casa siempre estará aquí.